Era el año 1995 y yo estaba naciendo, en ese año ya Enrique era Gobernador y estaba junto a Irene Sáez en una actividad, en ese momento junto a Irene me compraron mis primeros zapatos. Desde aquél entonces mi amigo acompañó mis pasos.
Pasó el tiempo y tuve la dicha de disfrutar de las tómbolas, patinatas y fiestas de fin de año que se hacían en la sede de la Gobernación de Miranda (Antigua Gillete), me la pasaba de niño en las oficinas de presupuesto y en la oficina del Gobernador. Desde siempre, observé aquellas entregas de juguetes a todos los niños del estado Miranda en navidad, y mientras crecía admiraba cada vez más la calidad humana de nuestro Gobernador.
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En mi pubertad decidí dedicarme al deporte, y tuve la oportunidad de representar al país en diferentes torneos internacionales, al regreso siempre me esperaba Enrique con fotos Impresas como regalo diciéndome «Mira, te imprimi esto, son para ti»
A los 17 años decido meterme en política a escondidas, ya que a mi entorno no le parecía buena la idea, era una época de mucha confrontación política, sin embargo decidí dar el paso. A los 6 meses posteriores, Enrique necesitaba una movilización de 60 jóvenes para una actividad, y le habían comentado que había un muchacho de Los Teques que tenía un grupo y que le iban a dar esa tarea. Cuando llegó el día de la actividad, Enrique se da cuenta que yo era aquél muchacho e inmediatamente me dijo «Vente a trabajar conmigo en toda Miranda»
A partir de ese momento, Enrique y yo fuimos inseparables, creyó en mi, lo cual le estaré eternamente agradecido, afrontamos grandes batallas, alegrías, tristezas, logros y decepciones, pero cada experiencia era un aprendizaje que Enrique iba dejando en mi…
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Nuestra manera de comunicarnos era muy peculiar. Todo el mundo pensaba que hablamos sobre todo, y no era así, uno habla con Enrique es a través del trabajo, y así mismo había que entender a Enrique a través de su trabajo (era tan cuidadoso con sus palabras que nunca iba a decir algo que estaba tramando, había que interpretarlo). El slogan de Trabajo y más Trabajo, no era una simple frase para Enrique, era su modo de vida.
En los últimos 11 años, no hubo día que no me comunicara o viera con Enrique, que nos contáramos algún cuento, que comentáramos cualquier noticia, que me diera alguna instrucción o que simplemente habláramos de cualquier tema, fuese la fecha que fuese, siempre estábamos pendientes de «Qué vamos a hacer con COPEI»
De su mano aprendí todo lo que sé en política, tener vocación de servicio, la humildad, el no tomar decisiones emocionales, tener mano izquierda cuando se debe, y sobre todo que lo más importante era «Trabajar y sembrarse en el corazón de la gente».
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La primera semana del 2023 lo arrancamos con gran energía, contento porque ya le iban a entregar su camioneta e íbamos a empezar a girar las 55 parroquias del Estado Miranda (nos reunimos el 02 de enero, en nuestra mente no habia descanso).
Los días posteriores mi amigo se empezó a sentir mal, y los examenes arrojaron los peores resultados posibles, una leucemia de la nada, vino y se llevó a mi amigo
Durante todo este proceso que Enrique trató de luchar solo pensaba en la Unidad de COPEI, y la Unidad de la oposición para salir del gobierno. Tenía las ideas claras de lo que había que hacer y eso le daba fuerza para salir de la situación donde se encontraba.
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Los últimos días me decía «Me voy a levantar y voy a caminar, vamos para arriba». La fuerza con que me trasmitía esas palabras me daba ánimo y esperanza de que mi amigo pronto se mejoraría.
En sus últimos días, acompañado de su enfermero Francisco, me dijo una frase que siempre quedará grabada en mi, «He formado muchísima gente en política, pero desde que te conocí supe que tu terminarías siendo mi heredero, quiero que sigas trabajando por Miranda»
Mi respuesta fue «Juntos vamos a seguir trabajando gobernador, porque tu te levantarás de aquí y seguiremos luchando por nuestras ideas»
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Un día antes de su partida (el domingo), Enrique ya tenía organizado todos sus ejercicios que haría al día siguiente, tenía como meta asistir hoy Miércoles Santo a la procesión del Nazareno de Petare. Lastimosamente, todos nos despertamos la madrugada del lunes con la noticia de que El Señor se había llevado a mi amigo.
Gracias Enrique. Gracias por tanto. Te llevare en mi corazón cada día, y sé que me estarás cuidando y guiando desde el cielo.