En medio de fuertes tensiones por la presencia de los Black Blocs y los Chalecos Amarillos, y de un gran despliegue policial, los franceses salieron el lunes a celebrar el día del Trabajador en manifestaciones gigantescas en varias ciudades del país.
Los manifestantes, que marchaban en defensa del derecho a una jubilación a los 60 años y del modelo laboral pos-Covid, se enfrentaron a la policía en una jornada marcada por la violencia.
Anuncio
Los Black Blocs, un grupo de anarquistas violentos, atacaron bancos, autos lujosos, compañías de seguros, restaurantes fast food y boutiques de marcas en distintas partes de la ciudad, mientras que un policía resultó herido con quemaduras de segundo grado. Aunque la mayoría de los manifestantes eran familias enteras, la marcha fue copada por los violentos en la cabecera y se dividió en dos.
La marcha paralela, liderada por los Black Blocs, se enfrentó a los gendarmes móviles, en una nube de gas lacrimógeno y fuertes enfrentamientos en el boulevard Voltaire. A pesar de la situación, la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, declaró que «la movilización no se debilita.
La determinación está intacta» y que «este primero de mayo será uno de los más importantes de la historia social de nuestro país».