El corazón es todo amor, verdad, belleza y bondad

Edicta Gómez Merchán.- Amamos con nuestro corazón…Jesús dijo en Marcos 12:30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Si no tuviéramos un corazón, no podríamos sentir amor o amar a cambio. Dios nos creó con un corazón para que pudiéramos tener una relación amorosa con Él. Para Dios el corazón, es el asiento de las actitudes, de las emociones y de la inteligencia. Se refiere a la mente, a los pensamientos, a los sentimientos y al intelecto en general. Y con ello, espera encaminar a sus hijos para que tengan una comunión con Él de manera permanente. De hecho es, una especie de «centro de control», e íntimo observador de todos nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, en el cual se toman todas nuestras decisiones, el lugar donde tienes tu voluntad, tu actitud e intenciones, así como la fuente de los pensamientos, acciones y palabras.

Desde el corazón espiritual, es la conciencia suprema, el sujeto último de conocimiento, el yo puro. Constituye la conciencia testigo, tanto de la mente como del universo en sus dimensiones internas y externas. Se encuentra al comienzo de la práctica espiritual, por ser un objeto de meditación, un lugar en el área del pecho, donde se enfoca la atención, que se revela no solo como un punto inerte de atención, sino como una realidad viva, un órgano interno de conocimiento sobre nuestra alma. El corazón y el alma se asfixian así por hambre, pena, desolación, soledad, incomprensión, por frío, vacío, falta de ternura o de apertura.

El corazón no solo es un músculo inteligente e incansable, sino que es el centro universal del amor, la apertura, la comprensión, el perdón, la aceptación, la fe, la confianza, la conciencia, la luz. Cada latido trasmite amor, cada pálpito absorbe el dolor, la injusticia, la ignorancia, el rechazo, la rabia, la confusión y todo lo que representa la oscuridad. Acoge esos sentimientos y los purifica, para devolverlos en forma de sangre nutritiva, pura y sanadora, que envía hasta el último rincón de nuestro ser. La preocupación desordena el corazón, el miedo merma su capacidad, la rabia desata su desarmonía, la tristeza lo ralentiza y la alegría le devuelve su ritmo y su fuerza. Cada latido nos recuerda que vivir y morir están tan sutilmente ligados como el día y la noche. Durante el día vivimos y por la noche, cuando dormimos, estamos haciendo un ensayo de la muerte, porque en el fondo vivimos para morir, y morimos como hemos vivido.

La diferencia entre el alma y el corazón, es que éste, es el órgano al cual atribuimos nuestras emociones, las cuales nos arrastran a la acción; en cambio el alma, es lo que fluye en cuanto a las emociones, ya que unimos la razón y nuestra voluntad en busca de algo que nos totaliza por completo. El corazón es todo amor, es verdad, belleza y bondad. Actuar con el corazón en la mano es una demostración de franqueza y sinceridad; tenerlo en un puño refleja un estado de angustia y desesperación; sentirlo tan grande que no cabe en el pecho es sinónimo de generosidad y muestra la bondad que alberga la esencia del Ser.

¿Cuál es el corazón de la filosofía?
En la filosofía moderna se habla de las necesidades del alma, del sentimiento, de la esperanza, y ubican al corazón como el símbolo de aquellas creencias, incluyendo en el proceso valores humanos y el destino. Los filósofos orientales aseveran que la frecuencia de la emoción del amor, se equipara exactamente a los movimientos rítmicos del corazón. Es por esa razón, que en esta cultura, el amor se relaciona directamente con este órgano. Desde sus albores, la civilización occidental también ha relacionado el corazón con el amor.

Existen algunos proverbios y dichos, donde coinciden en vincular al corazón, como el órgano de la sensibilidad, el alma, el amor, los sentimientos, entre otros.

CONFUCIO dijo, hace más de dos mil años:
-«Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano», y
– «Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón».

UN PROVERBIO RUSO afirma:
– «El corazón es un niño, que espera lo que desea».

ARISTÓTELES, creía que el corazón era la sede de la sensación y de las emociones; concepto que prevaleció en la antigüedad desde la edad media hasta el siglo XVI.

En el NUEVO TESTAMENTO, se habla de la relación del hombre consigo mismo, en el deseo. Hasta ese entonces se fusionaban las sensopercepciones, el pensamiento y la voluntad.

PASCAL. Este pensador le da un uso moderno a la palabra corazón, a quien le atribuye dos especies de conocimiento específico: uno, el de las relaciones humanas y de todo de lo que ella nace, de tal manera que el corazón es guía privilegiada en el hombre, en el dominio de la moral, la religión, la filosofía y la elocuencia y el otro, en el conocimiento de los principios de la ciencia, especialmente de la matemática.

JUAN ZORRILLA de SAN MARTÍN, escribió «Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado».

Juan Pablo II, «la peor prisión es un corazón cerrado».

HEGEL, este filósofo entendía al corazón, como, “al conjunto de la sensación” o de la “experiencia” y puntualizó que no bastaba que los principios éticos y estéticos estuvieran en la cabeza, puesto que debían estar en el corazón, más cuando era él, el que producía las sensaciones

Primeras teorías sobre el origen del símbolo del corazón
El símbolo del corazón se ha convertido en un signo universal, el cual representa entre otras cosas el amor y el afecto entre los seres humanos, sus orígenes históricos, hacen referencias en algunas teorías, como que dicho símbolo, tiene su origen en las primeras representaciones pictóricas, de las diferentes partes de la anatomía humana, las cuales se pueden encontrar en cuevas del período rupestre.

Entre los expertos y círculos de intelectuales, con el pasar del tiempo, se ha venido desarrollando, una teoría con fuertes bases históricas, en las cuales se afirma que el verdadero origen del símbolo del corazón, se remonta a los escritos de filósofos y científicos de la antigua Grecia, los cuales recurrieron a los arcanos textos griegos y comenzaron a dar forma en sus lienzos a lo que allí leían, hasta obtener como resultado el símbolo del corazón, tal como lo conocemos hoy día.

¿QUIÉN MANDA A QUIÉN, EL CORAZÓN O LA MENTE?
Si bien ha sido un tema discutido desde los griegos; hoy día la neurociencia aclara la respuesta, e incluso en la filosofía moderna se habla de las necesidades del alma, del sentimiento, de la esperanza, y ubican al corazón como el símbolo de aquellas creencias, incluyendo en el proceso valores humanos y el destino. De tal manera que el término corazón se usa a la vez con el de la consciencia, que es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal, en base al conocimiento de sí mismo y de su capacidad para actuar sobre su entorno. Por lo que lo más importante es saber, diferenciar los conceptos de connotación religiosa (alma) y científica (mente o psiquis).

Cuando no se sabe qué hacer ante una situación difícil, tomar una decisión trascendental, el camino correcto ha de ser guiado por el corazón. Ver con los ojos cerrados y sentir con el corazón abierto; por ello, la corazonada es la señal de nuestra alma, escondida y reprimida por la cabeza pensante y calculadora. Los vaivenes emocionales, nos dicen, que el corazón no es solo un músculo que se contrae y se expande para mover la sangre, puesto que se siente un vuelco, al recibir una mala noticia, desata su ritmo en la ansiedad, se aquieta cuando ya ha pasado la espera incierta y llega la calma, se desborda cuando no sabemos, lo que le sucede a alguien muy cercano.

¿TIENE CEREBRO EL CORAZÓN?
Se ha descubierto que el corazón, tiene cerebro, que contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Es inteligente, gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Estos descubrimientos, llevan a concluir que es el circuito del cerebro del corazón, el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. Por ello, ¿podría preguntarse si este nuevo circuito es un paso más en la evolución humana?

¿QUÉ CONEXI0NES PARTEN DEL CORAZÓN Y VAN HACIA EL CEREBRO DE LA CABEZA?
-La comunicación neurológica:
Se da mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro, según las circunstancias, lo que significa que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar e influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

-Conexión, tomando en cuenta que la información bioquímica, se produce mediante hormonas y neurotransmisores, es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo, que es la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, que se conoce como hormona del amor, que se activa con las caricias, lo cual favorece los sentimientos de apego, mejora el bienestar, disminuye la tensión arterial y el ritmo cardiaco, reduce la tensión muscular, mejora la cicatrización.

-La comunicación biofísica mediante ondas de presión,
Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones, el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

-La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón, es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro; e incluso se ha observado, que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico. Pero, también se ordena con las emociones positivas, porque se sabe que el campo magnético del corazón, se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

VARIACIONES DE LA FRECUENCIA CARDÍACA Y ALGO MAS…..
Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes, aparece con las emociones negativas, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más, las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardíaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

Por lo tanto, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza, centros superiores de percepción completamente nuevos, que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad y aun cuando le parezca ciencia ficción, está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón, crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente; es una inteligencia superior, que se activa a través de las emociones positivas y cuyo circuito puede activarse, cultivando las cualidades del corazón, como son, la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje.

PARA LOS CHINOS EL CORAZÓN ES EL ÓRGANO RAÍZ
La medicina china vincula cada emoción con un órgano concreto, cualquiera de ellas afecta primero al corazón, porque es el corazón quien da el sentido a los cinco órganos sensoriales. Una persona triste no puede sentir la alegría, también el miedo los cierra a ella, pues el corazón se encoge y se altera su ritmo y su chi, o gi, que es la cualidad intangible de todo ser vivo, es decir, el flujo de energía vital; de hecho se dice que los chinos expresan sus sentimientos, sin parar, sin pensar y sin miedo, por los que los incorporan en cada palabra. Todos los caracteres chinos vinculados con los sentimientos o los pensamientos tienen como raíz el corazón, porque la cabeza –el cerebro– es el reflejo del corazón y debe estar regida por él. El alma reside en él, así que no es de extrañar que para matar a Drácula se tuviera que clavar la estaca en su corazón y no en su cabeza.

FUENTE
-Wen-Hsiu Hu Wen Licenciada en Medicina Tradicional China
-Guillermo Sánchez-Medina /Academia Nacional de Medicina, Bogotá, Colombia
-https://www.lavanguardia.com …