Dos días después de la reelección del presidente turco, Tayyip Recep Erdogan, la OTAN se muestra cautelosamente optimista sobre la posibilidad de que Suecia se una a la alianza. Estados Unidos presiona a Turquía para que abandone sus objeciones y permita la entrada de Suecia.
Suecia y Finlandia solicitaron formalmente su ingreso en la OTAN el año pasado después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Sin embargo, las decisiones deben ser unánimes y Turquía ha bloqueado la entrada de Suecia al presionar sobre la presencia de militantes kurdos.
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Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, afirmó que la adhesión de Suecia es «absolutamente posible» antes de la cumbre de julio en Lituania. Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos, declaró que Suecia ha atendido las preocupaciones turcas y instó a Turquía y Hungría a ratificar la adhesión lo antes posible.
A pesar de las esperanzas de adhesión, Turquía deploró una protesta «inaceptable» de activistas suecos dirigida contra Ankara. Sin embargo, Stoltenberg y Blinken han mantenido contactos para superar los obstáculos a la adhesión sueca.
La posible venta de cazas F-16 de Estados Unidos a Turquía no parece tener relación directa con la adhesión de Suecia, según Blinken. Suecia y Finlandia, países no alineados militarmente, han buscado unirse a la OTAN para fortalecer la seguridad en la región.
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En resumen, la posible adhesión de Suecia a la OTAN genera cauteloso optimismo después de la reelección de Erdogan. Estados Unidos ejerce presión sobre Turquía para que permita la entrada de Suecia y se espera que se tome una decisión antes de la cumbre de julio.