El presidente de Hinterlaces y periodista, Oscar Schémel, en entrevista al Diario Panorama el 15 junio del año 2015, enfatizó que la oposición había subestimado el papel de la comunicación; el crucial y estratégico poder del mensaje.
«La oposición nunca ha tenido un mensaje ni una propuesta, nunca ha construido una identidad propia (…) El gran adversario del Gobierno no es la oposición, es el descontento, que tiene que ver con una percepción negativa del desempeño económico», según diferentes sondeos y declaraciones de expertos hoy tendríamos el mismo escenario en 2023.
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Sobre los signos del proceso de «despolarización» del país dijo que «el punto de partida es la crisis económica. (…) Con la caída del bienestar, los sectores moderados de bando y bando, desradicalizados o no extremistas se están moviendo hacia el centro político. No quiere decir que se están moviendo hacia una posición de independencia, o ni ni; siguen manteniendo su visión, lo único es que están entrando al centro político, es decir, un espacio de tolerancia y de creación de síntesis. Los oficialistas comienzan a entender que el Estado solo no puede y los opositores, que la empresa privada sola tampoco puede. (…) Entonces la revolución bolivariana está entrando en una nueva etapa, tiene que reimpulsar el modelo y renovar el lenguaje».
Schémel destacaba en 2015 que «ocho de cada diez venezolanos les importaba más la economía que la política». «La gente no está buscando culpables, está buscando respuestas y soluciones». «Hoy lo que más cohesiona y une a los venezolanos son los temas económicos. La revolución bolivariana tiene hoy la oportunidad de ampliar la base social de apoyo político y electoral con las clases medias populares, con estos sectores medios para quienes la visión económica es una clave; es una razón para tomar decisiones políticas y electorales. Ellos van a votar en función, principalmente, del desempeño económico y la visión económica que tenga el Gobierno del presidente Maduro», respondió.
En esta conversación con el diario Panorama, Schémel refirió que los líderes de la oposición «no tienen otra agenda porque están desconectados de las verdaderas expectativas y demandas de la población», pero que «la imagen que demandan los venezolanos del presidente Maduro es la de un líder ejecutor».
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«Después de ganar las elecciones municipales hubo una gran oportunidad; ahorita, después de haber aumentado el respaldo popular y social en la lucha contra el decreto Obama y aún así tiene oportunidades todavía porque no hay alternativa. El presidente Maduro es el único referente, todo el mundo está pendiente de lo que haga o deje de hacer (…) hay consenso nacional alrededor de muchas medidas como el precio de la gasolina, el ajuste de precios razonable y más bien los venezolanos están esperando es respuestas, soluciones, están buscando un culpable», dijo en referencia a anuncios de medidas económicas por parte del Gobierno.
¿Se puede ser optimista en el país?, ante esta pregunta Schémel dijo que «absolutamente». «Este es un país «inquebrantable» (…) un país que incluso, a pesar de la crisis económica, todavía vive en paz social y hay estabilidad política», dijo.
Para aquel momento, Schémel enfatizó que «después de la muerte de Chávez, la atención de la sociedad se concentró en la economía» y que el chavismo tenía la gran oportunidad de construir un nuevo bloque histórico, «no solamente con los pobres sino con las clases medias populares, con los sectores privados, productivos para relanzar la economía bajo un modelo económico mixto productivo, no parasitario y no rentista, donde hay consensos: el 75% de los venezolanos respalda un modelo económico mixto, con presencia de diversas formas de propiedad y de gestión (…)».