Líderes judíos e islámicos se reúnen en el Primer Encuentro Judío-Islámico en Buenos Aires para promover la comprensión mutua.
En Buenos Aires, capital de la República Argentina, se llevó a cabo el Primer Encuentro Judío-Islámico de la región. Este evento, organizado por el Congreso Judío Mundial y la Liga Islámica Mundial, contó con la participación de más de 40 líderes de 12 países latinoamericanos, incluyendo representantes de la Liga Mundial Islámica de Arabia Saudita: Aman Alasmari y Maram Alkarkosh.
Este encuentro ha reforzado mi compromiso con el trabajo que realizamos en Venezuela en actividades interreligiosas. Observamos prácticas asombrosas de compenetración entre comunidades religiosas en otros países, como el caso del Sheik Jihad Sleiman, presidente de la Comunidad Islámica de Córdoba en Argentina, y miembros de la Comunidad Judía de Córdoba y Buenos Aires. Estos líderes religiosos frecuentemente visitan la mezquita y la sinagoga, participan en celebraciones religiosas conjuntas y comparten comidas, entre otras actividades.
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Durante este encuentro, presenciamos numerosas prácticas positivas que nos han llenado de esperanza y nos han demostrado que es posible cambiar la percepción de un conflicto irreconciliable y milenario entre judíos y musulmanes. Históricamente, ambas comunidades han vivido en paz y armonía, practicando su fe, costumbres y tradiciones sin mayores problemas.
Es cierto que, como resultado de la creación del Estado de Israel en 1948, hubo ataques por parte de países árabes vecinos en diferentes ocasiones. Sin embargo, estas décadas de hostilidades son solo una pequeña parte de la historia, ya que hoy en día Israel mantiene relaciones diplomáticas con esos mismos países. Ha firmado acuerdos de paz con Egipto en 1979 y con Jordania en 1994, y recientemente ha alcanzado los Acuerdos de Abraham con varios países musulmanes.
Es importante destacar que el conflicto palestino-israelí ha sido aprovechado por grupos islamistas radicales para crear tensión, pero no representa el conflicto entre el mundo islámico y el mundo judío en su totalidad. Estas situaciones están protagonizadas por fracciones extremistas y terroristas que incluso atentan contra sus propios hermanos de fe.
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Nuestra acción de vida debe ser acercarnos no solo a nuestros hermanos musulmanes, sino a todas las corrientes religiosas y de pensamiento en nuestro país. Todos formamos parte de una misma familia: la familia humana.