Imagen representativa de una manifestación en apoyo a Gaza en Estambul, Turquía.
Los bombardeos de Israel en la densamente poblada Franja de Gaza, que alberga a más de dos millones de personas, han generado una creciente preocupación diplomática para el gobierno de Benjamin Netanyahu.
En una respuesta a la situación, Turquía ha llamado a su embajador en Tel Aviv a consultas en Ankara, siguiendo el ejemplo de otros países de la región, como Jordania y Bahréin, que han tomado decisiones similares.
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El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha emitido un comunicado en el que explica que esta decisión se tomó debido a la falta de respuesta de Israel a los reiterados llamados a un cese al fuego y para protestar por la retención de ayuda humanitaria destinada a civiles necesitados.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado que Benjamin Netanyahu ya no es un interlocutor válido y que transmitirá esta posición a la Organización de Cooperación Islámica (OCI).
«Netanyahu ya no es un interlocutor para nosotros en ningún sentido. Lo hemos descartado. Tomaré la decisión al respecto dentro de las reuniones que mantendremos con la Organización de Cooperación Islámica», señaló Erdogan ante los medios turcos.
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Erdogan ha criticado a Estados Unidos y Europa, a los que acusa de respaldar a Israel en el conflicto, y ha afirmado que «la comunidad internacional no puede detener la ilegalidad de Israel» y que incluso la «anima a matar a más bebés».
También expresó su desconfianza en Europa y acusó a la Unión Europea de estar «ciega» ante las masacres que Israel comete en Gaza.
«Israel ha dado un paso muy equivocado y en realidad ha oscurecido su propio futuro», advirtió Erdogan.