La Iglesia católica argentina prescinde de fondos estatales tras décadas de controversia, culminando el proceso de renuncia iniciado en 2018 durante el mandato de Mauricio Macri.
Anuncio de la Conferencia Episcopal Argentina: fin del financiamiento estatal desde el 1 de enero, marcando un hito tras cinco años de debates.
El proceso de renuncia, iniciado en 2018, redujo un 30% la asignación a obispos en 2019. En 2020, la Iglesia implementó el Programa Fe para generar financiamiento propio.
La asignación estatal, un 7% del presupuesto, generaba polémica por ser un privilegio hacia una religión específica en un Estado no confesional.
La Iglesia aclara que ex-arzobispos y obispos cesados por edad o invalidez pueden solicitar el beneficio. Culmina una era, ahora la Iglesia dependerá de donaciones.
Vía Actualidad RT