La Iglesia Católica Argentina prescinde del financiamiento estatal a partir de 2024, marcando un cambio significativo en su relación con el Estado.
La Iglesia católica argentina prescinde de fondos estatales tras décadas de controversia, culminando el proceso de renuncia iniciado en 2018 durante el mandato de Mauricio Macri.
Anuncio de la Conferencia Episcopal Argentina: fin del financiamiento estatal desde el 1 de enero, marcando un hito tras cinco años de debates.
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#Balance2023 | El 2023 fue muy importante para el crecimiento del #ProgramaFE. Gracias al
aporte de más de 1000 donantes, @Programa_FE puede ayudar a sostener las diócesis, parroquias y seminarios de todo el país.
— Conferencia Episcopal Argentina (@EpiscopadoArg) December 30, 2023
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El proceso de renuncia, iniciado en 2018, redujo un 30% la asignación a obispos en 2019. En 2020, la Iglesia implementó el Programa Fe para generar financiamiento propio.
La asignación estatal, un 7% del presupuesto, generaba polémica por ser un privilegio hacia una religión específica en un Estado no confesional.
La Iglesia aclara que ex-arzobispos y obispos cesados por edad o invalidez pueden solicitar el beneficio. Culmina una era, ahora la Iglesia dependerá de donaciones.