El fallecimiento de la senadora fue lamentado no solo por la clase política colombiana, sino también por líderes latinoamericanos
Miembros del Gobierno, del Congreso colombiano, familiares y otras autoridades políticas velaron este lunes a la senadora y activista por la paz Piedad Córdoba, fallecida este sábado, en un homenaje en el Capitolio Nacional.
En un acto en el que han intervenido ministros, la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, y el presidente del Congreso, Iván Name, y otros congresistas, el féretro con los restos de Córdoba fue velado en un acto en uno de los salones del Capitolio, donde se celebraron homenajes en su honor y muestras culturales.
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Durante el acto, al que también asistió una comisión de alto nivel del Gobierno de Venezuela, liderada por el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, Márquez destacó el camino abierto por Córdoba en la política.
«Piedad Córdoba abrió las puertas de las mujeres en la política en este país y en especial de las mujeres negras. Yo no sería vicepresidenta sin el camino que ella hizo», subrayó Márquez.
Córdoba, que el 25 de enero cumpliría los 69 años, falleció en Medellín, la ciudad donde nació el 25 de enero de 1955, de un paro cardíaco. Sus familiares la llevaron de urgencia a la clínica Conquistadores, a la que llegó sin signos vitales, según informó esa institución.
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Este lunes el féretro de la senadora del gobernante Pacto Histórico fue trasladado a Quibdó, la capital del Chocó, de donde es oriunda su familia paterna y donde tenía una importante base electoral entre la población afrodescendiente.
Y tras el homenaje en el Congreso, su cuerpo será llevado a su natal Medellín, para las exequias, que se realizarán este martes.
Su hija Natalia Castro aseguró hoy en una entrevista con Caracol Radio que su madre fue «una grande, una mujer que siempre luchó por sus ideales, por sus pensamientos y así quiero que sea recordada (…) y sé que donde esté estará luchando».
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Córdoba tuvo una dilatada carrera marcada por las luchas políticas, las controversias incluso fuera del país y por su activismo en favor de la paz y como intermediaria en varios secuestros realizados por la extinta guerrilla de las FARC.
Siempre fue una figura del Partido Liberal, reconocida tanto por sus posturas de izquierda que le granjearon simpatías y antipatías, por llevar al Congreso leyes para las comunidades afro, las mujeres y la comunidad LGTBI, como por los turbantes de colores vivos que usaba a diario y que convirtió en su marca personal.
El deceso de la senadora fue lamentado por la clase política colombiana y por dirigentes latinoamericanos, como los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y por exmandatarios como la argentina Cristina Fernández (2007-2015) o el boliviano Evo Morales.