El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa con la celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, anticipando la pasión, muerte y resurrección.
Domingo de Ramos: Celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, marcando el inicio de la Semana Santa
La celebración de hoy comienza con la bendición y la procesión de los ramos, conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Este evento precede el triste acontecimiento de la pasión, seguido por el anuncio alegre de la resurrección. Por ello, algunos consideran esta entrada, donde el pueblo de Jerusalén recibe a Jesús triunfalmente, como una anticipación profética de la Pascua y la resurrección del Señor. Que los ramos o las palmas de este domingo representen la ofrenda de nuestra vida al Señor, reconociéndolo como nuestro Salvador y Rey, acogiendo con gozo su misericordia, perdón y amor.
Los cristianos han visto en la figura del Siervo de Dios del profeta Isaías (primera lectura) una profecía de la pasión de Jesús. Este siervo es el Mesías prometido, quien no llevará a cabo su obra de salvación con espadas ni ejércitos, sino a través del dolor y el sufrimiento. Sin embargo, al final, no será un fracaso, sino que será levantado y exaltado, como se lee en otros cantos del Siervo en el libro de Isaías.
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El apóstol Pablo, en su himno de la carta a los Filipenses (segunda lectura), reconoce la condición divina de Cristo, quien se rebaja y humilla al tomar la condición humana, sometiéndose incluso a la muerte, y una muerte en cruz. Pero Dios lo exalta mediante la resurrección, y ante su nombre toda rodilla se dobla, reconociéndolo como Señor. Este himno resume la obra redentora de Cristo: encarnación, pasión-muerte y resurrección; el misterio de la Pascua.
La pasión de Jesús, relatada por el evangelio de Marcos, es un relato triste lleno de maldad y traición. Jesús sufre la pasión en el abandono y la soledad, al punto de sentirse incluso abandonado por Dios. Sin embargo, el relato evangélico también es un himno a la misericordia, como se muestra en el arrepentimiento de Pedro, el oficial romano que reconoce a Jesús como hijo de Dios, y el ladrón arrepentido que recibe el paraíso. La pasión de Jesús es una invitación a abrazar la cruz y pedir perdón al crucificado por nuestros pecados.
¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR PARA TODOS! QUE TENGAN UNA SEMANA SANTA LLENA DE ABUNDANTES FRUTOS ESPIRITUALES.