La Terminal del Tren del Encanto en Los Teques ofrece una experiencia única en medio de la exuberante vegetación.
*Por: Jaime Largo. – En una fresca mañana, el bullicio de la preparación nos despertó temprano. La excitación fluía entre el grupo mientras nos alistábamos para nuestra aventura. La Terminal del Tren del Encanto en Los Teques era nuestro destino, un lugar impregnado de historia y encanto que prometía deslumbrarnos con sus maravillas.
El viaje comenzó con risas y charlas animadas, acompañadas por el aroma de sándwiches recién hechos. Todos ansiábamos conocer este lugar que, a pesar del paso del tiempo, aún conservaba su esplendor. Conforme nos adentrábamos en la ruta, la civilización quedaba atrás y éramos abrazados por la exuberante vegetación.
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Los riachuelos cristalinos y los sonidos de la naturaleza nos acompañaban mientras avanzábamos, sumergiéndonos en un mundo casi olvidado en el tiempo. La ruta nos llevó a través de paisajes multicolores, hasta que de repente, nos encontramos frente a los antiguos rieles y puentes que databan de 1894.
Caminar sobre estas estructuras centenarias nos transportó a épocas pasadas, desafiando nuestras emociones entre el miedo y la emoción. Algunos optaron por rutas alternativas, pero aquellos que cruzaron experimentaron la magnificencia de este lugar histórico.
Al otro lado, nos recibieron las impresionantes instalaciones en medio de la naturaleza virgen. Las caminerías de piedra nos guiaron hacia los saltos de agua cristalina, donde el canto de los pájaros y las mariposas creaban un ambiente mágico.
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Nos sumergimos en las frías aguas, sintiendo la energía revitalizante de la Madre Tierra. Cumplimos nuestro objetivo de explorar y disfrutar en armonía con la naturaleza, recordando siempre dejar nuestro entorno mejor de lo que lo encontramos.
Al regresar a casa, llevábamos con nosotros la buena energía y el deseo de volver a sumergirnos en los misterios de esta creación divina. Recordamos la historia de esta ruta, una vez vital para el sistema de ferrocarril de Venezuela, ahora un tesoro turístico que nos recordaba la belleza y la importancia de conservar la naturaleza.
*Jaime LargoAnimalista, amante de la naturaleza, senderista, vicepresidente Fundación Colinas de Carrizal. Correo: jaimel2010@gmail.com @caminandoconjaime2