Importancia de la actividad física en la salud de los adultos mayores

*Por: Jaime Largo. – Hoy nos vamos a referir a un tema muy importante: la salud asociada a las actividades deportivas y de esparcimiento en nosotros, los seres humanos, aplicadas a la vida diaria. Toda actividad física que se realice con regularidad en condiciones normales puede mejorar la fuerza y tonificación muscular, aumentar nuestra resistencia, lograr una mejor distribución de oxígeno y nutrientes a los tejidos e igualmente coadyuvar al sistema cardiovascular para que funcione con mayor eficacia. Debemos estar conscientes de que cuando la salud del corazón y los pulmones mejora y se potencializa, hay más energía para realizar actividades físicas e intelectuales, sumado a las tareas cotidianas que más tiempo nos ocupan.

La importancia de la actividad física radica en la prevención de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes; además, ayuda a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos, que son un importante factor de riesgo cardiovascular y de enfermedades coronarias, especialmente en personas de edad madura y no tan madura. Asimismo, reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad en las que vivimos muchas personas a causa del trabajo y el estrés en un país tan dinámico como el nuestro.

Conociendo esto, ¿cuáles serían los beneficios de entrenarnos? Sencillamente mejorar nuestra calidad de vida, desestresarnos, respirar, compartir con otras personas, observar la naturaleza y comunicarnos. Hoy puedo observar con gran placer en las caminatas y recorridos que hago en la montaña, ríos o playas, e incluso en la ciudad, el aumento de personas mayores empoderadas, a quienes nos referimos especialmente en este envío.

Una de las razones por las que muchos de nosotros nos entrenamos cuando tenemos cierta edad es precisamente por la sarcopenia, afección que se caracteriza por la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos en adultos. Entre sus signos y síntomas se incluyen debilidad, cansancio, falta de energía, problemas de equilibrio y dificultades para caminar y mantenerse de pie.

En lo personal, lo he vivido, ya que a medida que crecemos y llegamos a una edad adulta sin tener las previsiones necesarias y la visión futura de saber lo que nos viene más adelante, muchas veces nos olvidamos de ocuparnos de nosotros mismos, trayendo como consecuencia el desgaste de nuestra masa muscular y deterioro físico.

Cada día vemos más hombres y mujeres cuidando su salud, y en muchos casos, como vanidosos que somos, para mejorar el aspecto físico que a todos nos importa, así lo ocultemos. Sin embargo, debemos tener presente que debemos realizar estas actividades acordes a nuestras capacidades y estado de salud para no lastimarnos, obteniendo así el efecto contrario o adverso a lo que deseamos.

¿Entonces, cómo debe ejercitarse una persona adulta mayor?

Bueno, la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dice que personas mayores de 65 años deberían hacer unos 150 minutos de ejercicio a la semana, lo que equivale a unos 22 minutos al día, dependiendo de nuestras condiciones físicas y el ánimo que le pongamos. Esto se puede lograr caminando al aire libre o combinándolo con otros tipos de ejercicios más placenteros como el yoga, taichí o senderismo en rutas accesibles y transitables que no generen riesgos de caídas innecesarias.

Por todo lo antes expresado y con la seguridad de que somos muchos los seres humanos que, en esta era de avances, donde cada día caen las barreras de la edad, donde el modernismo y la tecnología se apoderan de nuestras vidas, debemos hacer mayor énfasis en nuestro cuidado físico interno, lo cual reflejaremos externamente. Vivamos la vida y respiremos salud.

*Jaime Largo. Animalista, amante de la naturaleza, senderista, vicepresidente Fundación Colinas de Carrizal.
Correo: jaimel2010@gmail.com
@caminandoconjaime2
@jaimelargo2021

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