Códigos de amor
La dimensión de lo posible
La historia de la humanidad está marcada por la búsqueda de un sentido más allá de la supervivencia. La adoración de fenómenos naturales fue el comienzo de esta búsqueda.
Por: Lumhaniel.- A lo largo de la historia, prácticamente desde que el ser humano empezó a tomar conciencia de sus privilegios en comparación con el resto de los seres vivos que pueblan nuestro planeta, también comenzó la búsqueda de una razón, una finalidad o un objeto de su vida, más allá de la simple supervivencia física. Algo que le diera un sentido más elevado, o quizás una razón que justificara las circunstancias complejas que inexorablemente experimentaba. En esa búsqueda de tantos porqués, surgió la adoración; al principio de fenómenos tan cotidianos como el día y la noche con sus respectivos protagonistas: el Sol y la Luna.
El deseo de conseguir respuestas a la incógnita existencial, poco a poco nos hizo buscar apoyo en realidades ilusorias, todas fuera de nosotros, dejando de lado nuestro verdadero poder y atribuyéndoselo a seres que fungían como “dioses” y a sus engañosos promotores. Así comenzaron a surgir los dogmas, que hasta hoy aún ejercen fuertes influencias en nuestra sociedad; lo que yo llamo la dimensión de lo imposible, porque es la antítesis de nuestra inmensa capacidad de creación, de nuestra magia y de nuestra integralidad.
Durante años me he dedicado a la investigación del funcionamiento de la energía, más allá de la especulación y la búsqueda del protagonismo. Quienes me han seguido durante tanto tiempo pueden dar fe de mi constancia en este maravilloso campo. He sido un estudioso entusiasta y un buscador incansable de respuestas que no solo me sirvan a mí, sino que sean asimilables fácilmente por cualquier persona y, sobre todo, que tengan un uso práctico en la esencia misma de nuestro espíritu. Que cuando cada mañana nos veamos en el espejo, podamos entender lo que hay detrás de los ojos que nos miran, porque ahí reside la verdadera puerta dimensional. Esa que, con solo imaginar que se forma una conexión entre nuestra glándula pineal y nuestros nervios ópticos, sin lucha, sin dificultad, sin ansiedad por los resultados, sintamos la paz que produce el saber que nuestro espíritu, en conexión perfecta con la Divina Providencia, nos concederá lo que realmente necesitamos y añoramos en perfecta armonía con todo y con todos; es decir, entraremos en “La dimensión de lo posible”.
La técnica es realmente sencilla; claro está, debemos propiciar cambios en nuestra vida sustentados en el verdadero amor.
Si quieres participar en la próxima formación de “La dimensión de lo posible”, escríbeme al correo o al DM de mi Instagram.
Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
@lumhaniel | lumhaniel@gmail.com
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