El EurocCierra la semana a 1,0855 dólares

El euro cerró la semana en 1,0855 dólares, después de que el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) cayera una décima en junio respecto al mes anterior, situándose en 2,5% interanual. La moneda única cotizaba a 1,0855 dólares a las 15:00 GMT de este viernes, una cifra prácticamente igual a la del día anterior (1,0854 dólares), pero ligeramente inferior a los 1,089 dólares del cierre de la semana pasada, según datos del mercado.

El Banco Central Europeo (BCE) fijó el tipo de cambio en 1,086 dólares, reflejando una estabilidad relativa del euro frente al dólar. Esta estabilidad se ha visto influenciada por los datos económicos más recientes, especialmente la caída del índice PCE, que es una medida clave de la inflación utilizada por la Reserva Federal de EE.UU. para orientar su política monetaria.

La caída del índice PCE sugiere una moderación en la inflación, lo cual puede aliviar las expectativas de aumentos de tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Esta situación ha generado una relativa estabilidad en el mercado de divisas, con el euro mostrando poca variación frente al dólar.

«El mercado ha reaccionado de manera contenida a los datos del PCE, lo que ha mantenido al euro en una banda estrecha frente al dólar,» comentó un analista financiero. «La atención ahora se centra en las próximas decisiones de política monetaria tanto del BCE como de la Reserva Federal.»

El contexto económico actual también incluye factores como la recuperación económica post-pandemia, las tensiones comerciales y políticas a nivel global, y las expectativas de crecimiento económico en la zona euro y Estados Unidos. Estos elementos siguen influyendo en la cotización del euro y el dólar, manteniendo a los mercados atentos a cualquier cambio significativo.

En conclusión, la estabilidad del euro en torno a los 1,0855 dólares refleja una combinación de factores económicos y expectativas de mercado. La moderación en la inflación, tal como lo indica la caída del índice PCE, es un elemento clave que podría influir en las decisiones de política monetaria y, por ende, en la cotización futura del euro.

Vía EFE