Códigos de amor
El mundo que creamos
La humanidad tiene el poder de creación innato. Al despertar nuestra consciencia, podemos alcanzar niveles superiores de vibración y vivir en la dimensión de lo posible.
Por: Lumhaniel. – Se ha hablado mucho del poder de creación que ostentamos; infinidad de autores han escrito sobre el tema esbozando diferentes matices, desde los más místicos hasta los más pragmáticos. Algunos hacen gala de gran elocuencia; otros son un tanto abstractos, pero todos coinciden en la capacidad creativa que tenemos los seres humanos. De hecho, la historia así lo demuestra.
Todo lo que existe primero fue un pensamiento. En esto coincidimos todos. No obstante, en la medida que nuestra consciencia ha ido despertando, hemos alcanzado niveles más altos de vibración, lo que puede traducirse en cambios que nos pueden hacer pasar a las siguientes dimensiones; es decir, a salir de la tercera, la misma en la que permanece la gran mayoría.
Despertar la consciencia no es privilegio de nadie; es algo a lo cual todos podemos optar. Sin embargo, para lograr este salto hay que desarrollar una gran fuerza de voluntad y tener plena convicción de adónde queremos llegar.
Mientras permanezcamos en la tercera dimensión, se nos hará difícil discernir entre la verdad y la mentira, entre la objetividad y la subjetividad, entre la realidad y la irrealidad, la honestidad y la deshonestidad, e incluso muchas veces entre el bien y el mal. Esto nos hace presa fácil de la manipulación, que ha ocasionado tal grado de confusión que me atrevo a aseverar que la gran cantidad de desavenencias y conflictos que vivimos en el planeta se debe precisamente al retraso en la evolución hacia una consciencia superior que nos pueda llevar a la claridad plena. Solo así comenzaremos a percibir la realidad diáfana y pura, a salvo de manejos nada inocentes de nuestra psique.
Cuando comenzamos a transitar el camino de la consciencia superior (para mí, la quinta dimensión), se empieza a sentir esa liberación que nada ni nadie nos puede dar, porque no viene de afuera (no es centrípeta sino centrífuga). Nuestro nivel de entendimiento se vuelve infalible y dejamos de sufrir por apariencias que no tienen nada que ver con la realidad y que son producto de intereses nada loables, que obedecen a conveniencias que distan mucho de nuestros objetivos como seres integrales que somos. Es entonces cuando se exacerba nuestro nivel de creación y empezamos a vivir en “la dimensión de lo posible”, libres de manipulación y conectados con el amor.
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Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
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