La Paz, una de las zonas más afectadas por las lluvias, enfrenta riesgos por asentamientos en terrenos inestables y la falta de planificación urbana.
Las lluvias y las inundaciones en Bolivia han dejado cinco personas fallecidas y alrededor de 200 familias afectadas o damnificadas en el último mes, según informó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes. El impacto se registra en doce municipios de siete de las nueve regiones bolivianas, con consecuencias devastadoras en las comunidades y la producción agrícola.
«Hay alrededor de 200 familias entre damnificadas y afectadas y lamentablemente ya se registran cinco personas fallecidas», declaró Calvimontes en una entrevista con Bolivia TV. Las autoridades diferenciaron entre damnificados, quienes sufren de manera directa, y afectados, quienes padecen de forma indirecta los estragos de las lluvias.
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Tragedias humanas y daños estructurales
Entre las víctimas, tres fallecimientos ocurrieron en la región de Chuquisaca: dos personas arrastradas por un río crecido en Presto y un adolescente de 14 años alcanzado por un rayo mientras pastoreaba ovejas. En Tarija, un adulto mayor murió aplastado por un muro durante una inundación, mientras que en La Paz, una niña de cinco años quedó sepultada tras una riada en el barrio de Bajo Llojeta.
Calvimontes destacó que el caso más crítico atendido fue precisamente la riada en La Paz, donde los asentamientos humanos en zonas inestables aumentan los riesgos. «En Bajo Llojeta hay un problema estructural causado por los loteadores, quienes promueven asentamientos en terrenos no aptos para ser habitados», señaló.
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Impacto en la agricultura y las comunidades
Las intensas lluvias también han afectado la producción agrícola en regiones como Tarija, Cochabamba, Santa Cruz y Los Yungas de La Paz. Aunque de corta duración, las precipitaciones son lo suficientemente fuertes para inundar cultivos y causar pérdidas significativas.
El viceministro indicó que se realizan esfuerzos para estabilizar las zonas afectadas, aunque persiste el riesgo de nuevos desastres. Además, enfatizó que problemas similares se presentan en otras áreas de La Paz, donde la inestabilidad del terreno y la mala planificación urbanística exacerban las consecuencias de las lluvias.
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Un desafío para el desarrollo sostenible
La ciudad de La Paz, sede del Gobierno boliviano, enfrenta un problema crónico por su ubicación en terrenos inestables. Según datos municipales de 2019, más del 70 % de su área urbana está catalogada como «suelos de riesgo», agravando el impacto de fenómenos climáticos extremos.
Las lluvias de este mes no solo destacan la vulnerabilidad de Bolivia frente al cambio climático, sino también la necesidad urgente de medidas estructurales para prevenir tragedias y garantizar la seguridad de las comunidades más afectadas.