El Espíritu de la Navidad

Por: Jaime Largo.– En nuestra aventura de hoy, abordaremos dos interesantes temas, súper idóneos para la fecha en que nos encontramos. Definitivamente diciembre es un mes mágico, que no sé si es mi percepción únicamente, o les sucede a ustedes también. Me refiero a la rapidez que en apariencia transcurre el tiempo y cuando nos damos cuenta, pareciese que fue ayer que nos dimos el abrazo de año nuevo y de repente, estamos comprando los ingredientes de las hallacas nuevamente. Conversando con la gente y amigos, llegamos a la conclusión que el tiempo “va volando”. Esto es el prólogo para nuestra cita de hoy donde hablaremos un poco del Espíritu de la Navidad celebrado por millones de personas en el mundo y un fenómeno llamado Solsticio de Invierno.

Lo que conocemos como El Espíritu de la Navidad es una celebración que anualmente conmemoramos el 21 de diciembre, entre las 9pm y las 12am, donde imaginamos y recreamos la escena donde un ser bondadoso y de luz llega a nuestros hogares, donde previamente nos hemos preparado con ciertos rituales inofensivos y llenos de mucha esperanza solicitando al universo que nos conceda esos deseos y anhelos que llevamos por dentro para nuestras vidas y la de nuestros seres queridos.

Realmente es una tradición adoptada en este mundo global que tiene sus raíces en los países nórdicos, extendiéndose a diferentes culturas a través, por qué no de la tecnología y costumbres vividas a través de generaciones, donde hemos asumido culturas foráneas como propias.

¿Qué significa entonces el Espíritu de la Navidad para la sociedad?

En pocas palabras, algo más que una tradición, es un momento inspirador que representa la fe y renovación de nuestras creencias y simboliza para quienes tenemos el corazón abierto a la alegría, la llegada de las energías bonitas y positivas que el universo en su esplendor nos regala y prepara para recibir otro año con el corazón y alma renovados.

Dicho lo anterior, comienza la preparación para recibir esta bendición de luz esperanzadora mediante lo que conocemos como rituales, los cuales pueden ser de agradecimiento, limpieza energética, de purificación y de sinceramiento de nuestra alma para recibir bendiciones intangibles muchas veces, así como materiales. Estos rituales consisten en la mayoría de los casos llevando luz a nuestros hogares mediante el encendido de velas con aroma de mandarinas lo que augura prosperidad al igual que el limón para limpiar nuestras energías. En este momento de meditación y festejo, abrimos puertas y ventanas para que la energía recorra todos los rincones de nuestro hogar.

Otro ritual muy común de este momento es la petición de 21 deseos, en el que se escriben las peticiones para el siguiente año, escritos en orden de prioridades donde debemos pedir por el mundo en general hasta llegar a nuestros deseos personales. Este día lo disfrutamos generalmente rodeados de nuestros seres queridos ofreciendo alimentos como símbolo de prosperidad y unión. En lo personal tengo ya algunos años realizando esta tradición con mis amigos senderistas subiendo a la montaña y compartiendo con ellos momentos alegres e inolvidables bajo el manto de estrellas y rodeados de toda esa bendición que significa el respeto por la naturaleza, su cuidado y disfrute.

Paralelo a esta celebración, también se lleva a cabo un fenómeno donde la astrología y astronomía se hacen presentes representados en el Solsticio de Invierno. Este fenómeno se traduce como el día de menor duración del año, seguidamente, cediendo el paso del otoño al invierno, cuando al mediodía el sol alcanza el punto de menor altura durante los 364 días anteriores, en adelante los días comienzan a alargarse.

En fin, que este día sea de amor, salud, prosperidad y buenos deseos para el mundo y para nosotros mismos.

Jaime Largo. Animalista, amante de la naturaleza, senderista, vicepresidente Fundación Colinas de Carrizal.

Correo: jaimel2010@gmail.com @caminandoconjaime2 @jaimelargo2021

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