Dominar la manifestación

Por: Lumhaniel.– Nuestra conciencia definitivamente influye en la construcción de la realidad; concepto que aunque se ha repetido innumerables veces, no terminamos de asimilarlo. Lo que se conoce como realidad objetiva, no es otra cosa que un reflejo de nuestros estados internos.

En este comienzo de año, todos nos hacemos expectativas en cuanto a lo que queremos para nuestras vidas; esto es repetitivo todos los comienzos de año para muchas personas que pareciera, que a pesar de tener las intenciones hacia los logros que aspiran, no terminan de consolidar mas allá de un mínimo porcentaje de lo que añoran. Es por eso que me propongo profundizar en este tema tan importante, a fin de contribuir en algo para que asumamos claramente, que nuestra conciencia es el artífice de nuestra realidad. Asumiendo el estado interno de “ya tener lo que deseamos” y sentir agradecimiento por adelantado, podremos llegar al acto de creación pura. No obstante en el manejo de nuestros pensamientos es en donde se presenta la complicación, cuando nos conectamos con estados de ansiedad por lo que aspiramos y no lo vemos cumplirse de inmediato. Infinidad de veces hemos pronunciado la máxima: “el tiempo de Dios es perfecto”, pero ¿hasta qué punto le damos crédito a esto?; es importante comprender la mecánica de la creación, don con el cual todos contamos, pero en la mayoría de los casos no terminamos de darle el crédito que requiere.

En el universo de la manifestación, dar por cumplido el deseo marca la diferencia entre lo que consideramos éxito o fracaso. Dar por cumplido lo que deseamos, es la clave mágica para atraer todo lo que aspiramos a nuestra vida, pero a menudo malinterpretamos o pasamos por alto su funcionamiento. En muchas ocasiones nos acercamos a la manifestación con la intención correcta, pero con la mentalidad equivocada y por supuesto, esto dificulta el alcance de las metas.

En concreto disfrutar las mieles de los deseos cumplidos, implica actuar, pensar y sentir como si ya se hubieran manifestado. Es importante desterrar la sensación de carencia y sentir la dicha, el regocijo de tener lo que aspiramos. Este sutil pero efectivo cambio de pensamiento, es la clave para que nuestras añoranzas se materialicen en el mundo externo.

Debemos tomar en cuenta que cuando deseamos algo intensamente y esto nos produce ansiedad porque se cumpla, estamos enviando un mensaje contradictorio al universo; es decir, en vez de experimentar la alegría por tenerlo, estamos actuando desde nuestras carencias; por un lado estamos reafirmando nuestro derecho a tener lo que queremos y por otro estamos implantando la idea de que nos falta algo, perturbando así el libre flujo de la abundancia.

El universo es un reflejo de nuestra conciencia por lo tanto, siempre manifestará fielmente nuestras emociones, creencias y pensamientos predominantes. Estar constantemente enfocados en lo que nos falta y vivir en un estado perpetuo de anhelo insatisfecho, es lo que indefectiblemente nos llevará a seguir experimentando la carencia y no la abundancia.

Hagamos que este año que comienza, sea distinto; cambiemos nuestra realidad externa, transformando nuestra realidad interna. Sintámonos felices por adelantado por todas las bendiciones que recibiremos desde la abundancia.

Si quieres profundizar en lo que te depara el 2025, solicita tu estudio personal.

Escríbeme al DM de mi Instagram o a mi WhatsApp para darte información de nuestras formaciones.

Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
@lumhaniel | lumhaniel@gmail.com/ 0412 610 62 85