Opinión
EDUCAR COMUNICANDO / Sin Musa
Cuando todo parece estar normal, aparece una ligera molestia que sugería ser digestiva, pero no cede ante las acciones comunes de atención, por el contrario, comienza a acrecentarse al transcurrir el tiempo.
Por: Pedro Vicente Rodríguez Calderón.– Cuando todo parece estar normal, aparece una ligera molestia que sugería ser digestiva, pero no cede ante las acciones comunes de atención, por el contrario, comienza a acrecentarse al transcurrir el tiempo. Cuando alguien como yo, alérgico a la atención médica, pide que lo lleven a algún servicio de salud para ser atendido, la situación no pinta fácil.
Este fin de semana, tiempo en que organizo, planifico y escribo para mis diversas responsabilidades semanales; me quedé sin musa, pareciera que para la inspiración a escribir y hacer cosas prácticas requerimos de una mágica energía que algunos llaman “musa” en referencia a las Diosas Griegas de la inspiración. Ese malestar que me condujo a la atención médica para llevarme a tratamiento endovenoso, luego de los exámenes y evaluaciones de rigor; me dejó desinflado de energías como si hubiese corrido en una maratón y, luego, me dieran una fuerte paliza por hacerlo sin permiso.
La incipiente fuerza de reserva, habría de utilizarla para acciones básicas y necesarias de la vida cotidiana. Horizontalizarme en cama pareció una opción para recuperar fuerzas y tratar de recibir la musa inspiradora que permitiera, al menos, escribir nuestro artículo semanal.
Cuando se agotan las horas de enviar el artículo para su posterior publicación, entendimos que los efectos del “cólico nefrítico” diagnosticado por los médicos, a pesar de haberme “sacado la piedra” (literalmente), no permitió inspirarme para hablarles de algún tema serio y/o trascendente. Pido disculpas, por mi falta de musa. Hasta la próxima.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
Walt Whitman
Por: Pedro Vicente Rodríguez Calderón
Educador, Comunicador y Político