Por: Lumhaniel.- En el universo del saber, pocos seres humanos se adentran en el mundo de la conciencia; única vía expedita hacia el centro de nuestro propio ser, en donde reside el verdadero poder, ese que ha estado, está y estará por siempre en nuestra esencia, ese al cual el ego desmedido trata de ocultar.
Nuestra realidad externa es consecuencia de nuestro estado de conciencia; de esto no cabe duda. La verdadera y única proeza que el ser integral puede realizar es encontrarse a sí mismo, a través de la conciencia. No son los acontecimientos externos los que controlan nuestra experiencia de vida. Como creadores tenemos dos facetas: una controlada por la mente concreta, es decir, por el ego, y otra que debe surgir de las profundidades de nuestra supraconciencia. El ego crea apariencias que nos alejan de la realidad y la supraconciencia, realidades que nos alejan del ego.
Somos agricultores, al frente de un gran huerto en el cual sembramos determinado tipo de semillas. Las que provienen de la supraconciencia darán frutos maravillosos y las que vienen del ego, que son el miedo, la duda, el rencor, entre otras, no darán cosechas nada deseables y nuestro huerto entrará en el gran caos, ese en el que lamentablemente caemos la mayoría de las personas.
Se ha repetido hasta el cansancio que podemos elegir nuestros pensamientos y emociones, y al hacerlo transformar nuestra experiencia de la realidad; no obstante, cuánto nos cuesta acercarnos a estas convicciones. Nos han programado para dar por cierto que somos víctimas de las circunstancias; nada más lejos de la realidad, somos creadores conscientes de nuestro propio destino; sea cual sea, el que deseamos para nuestra felicidad o el que es contrario a nuestras añoranzas.
Al propiciar un estado de conciencia positivo, en el cual sintamos que tenemos el control de todo lo que nos sucede, comenzaremos a atraer experiencias maravillosas a nuestras vidas. Igualmente, al sintonizarnos con pensamientos y emociones negativas, sin duda perpetuaremos ciclos de sufrimiento y limitaciones. Debemos insistir en que la decisión al final, siempre estará en nuestras manos.
Conseguir el tesoro de la realización puede ser más simple de lo que parece; es cuestión de dejarnos guiar por esa voz interior, por esa sabiduría incólume que nunca nos abandonará, pero que sí puede ser ocultada por el ego, en su incansable propósito de desviarnos para hacernos presa fácil de circunstancias que parecieran ser fortuitas, pero que en realidad son creaciones nuestras.
Buscamos la felicidad en lugares equivocados, persiguiendo las recompensas para el ego, que a fin de cuentas siempre nos dejarán vacíos y con una sensación de insatisfacción. Tengamos presente que la verdadera felicidad no está en el mundo exterior, sino en lo profundo de nuestro ser y que para llegar a ella debemos alcanzar la supraconciencia, cuya única vía es el amor incondicional.
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Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
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