Al menos tres personas resultaron heridas este miércoles en un enfrentamiento entre policías y narcotraficantes en Río de Janeiro. El tiroteo obligó a un helicóptero policial a aterrizar de emergencia tras ser impactado por una bala y generó el bloqueo de dos de las principales vías de la ciudad.
El operativo fue desplegado en la favela Cidade Alta, en la zona norte de Río, por agentes de la Policía Civil y la Policía Militarizada. La acción tenía como objetivo capturar a Álvaro Malaquías Santa Rosa, alias “Peixao”, líder de la organización criminal que controla el tráfico de drogas en el Complexo de Israel, un conjunto de cinco favelas con aproximadamente 134.000 habitantes.
Resistencia armada y caos en las calles
Los narcotraficantes respondieron con disparos y bloquearon accesos estratégicos. Montaron barricadas en la Avenida Brasil y la Línea Vermelha, dos de las principales arterias viales de la ciudad, lo que paralizó la movilidad y generó pánico entre los transeúntes.
Durante el enfrentamiento, dos pasajeros de un autobús en la Avenida Brasil fueron alcanzados por balas perdidas y trasladados a un hospital. Además, los criminales interrumpieron el tránsito ferroviario bloqueando las vías del tren urbano que atraviesa la zona.
El tiroteo obligó a cientos de personas a abandonar sus vehículos y buscar refugio detrás de muros para protegerse del fuego cruzado. Autoridades señalaron que la operación se fundamentó en información de inteligencia que ubicó a Peixao en una vivienda dentro del Complexo de Israel.
Impacto en la seguridad y respuesta de las autoridades
Los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y grupos criminales en Río de Janeiro son frecuentes, especialmente en comunidades controladas por el narcotráfico. La Secretaría de Seguridad Pública ha intensificado operativos en estas zonas con el objetivo de reducir la violencia y capturar a los principales líderes criminales.
El gobierno de Río de Janeiro ha sido criticado por la falta de estrategias efectivas para frenar la violencia en las favelas. Organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado el alto número de víctimas civiles en este tipo de operativos.
Este caso refleja el desafío persistente que enfrentan las autoridades en el combate al crimen organizado. Mientras Peixao sigue prófugo, la tensión en la zona se mantiene, con un refuerzo policial para evitar nuevos ataques.
Vía EFE