El prompt y la buena lectura

Por: Prof. Jesús Mateus: ADVERTENCIA: Quiero que te prepares muy bien para leer el siguiente artículo, porque estoy casi seguro que al principio no será de tu agrado, o tal vez todo lo contrario y seamos cómplices en esto. Sinceramente espero que compartas esta misma sensación de satisfacción. Veremos si es así.

Aunque el título no lo diga, esta es la continuación del artículo anterior y de todo lo que hemos visto hasta ahora, puesto que el mejor prompt requiere dos ingredientes que muchos no conocen: cultura general y lógica argumentativa. Muy en contra de los lingüistas, catedráticos, profesores y fieles y leales al buen habla, los ingenieros han hecho un excelente trabajo con esto: no importa si tienes mala ortografía, o si no usas los signos de puntuación, ellas (las Inteligencias Artificiales) igualmente te interpretarán de la mejor manera cuando les escribas y te dará una respuesta según lo que pudo interpretar de tu escrito.

Pero tenemos que hacernos esta pregunta: ¿Qué pasa en los países donde la educación es insuficiente? Y es que ni siquiera hablo de una buena alfabetización, hablo de los países donde se habla abiertamente lo que científicamente no tiene debate: por ejemplo, la esfericidad de nuestro planeta. Pasa que en algunos casos la exposición continúa a la tecnología no es garantía de un uso mínimamente adecuado de los recursos que hoy disponemos para avanzar, tengamos o no experiencia en cualquier área. Esto termina siendo cuestión de actitud ante la verdad. Nada más.

Nótese que anteriormente dije “de la mejor manera”, pero no de la manera exacta. Los hechos son los hechos: mientras más sepas y mejor plantees el texto, mejores resultados obtendrás de las IA, sea que te dediques a la ingeniería, docencia, diseño, medicina, desarrollo de software, agricultura, etcétera; es la razón por la que leerás ahora con más frecuencia que nunca que un filósofo es muy solicitado por los líderes empresarios porque poseen una cosmogonía del entorno que para nosotros parecen triviales, pero que, desde el hábito de un filósofo, implica una profundidad en el cuestionamiento que solo una mente superficial subestima.

Pero bien, ¿Qué pasa cuando no tienes ni la más mínima idea de lo que quieres saber y entender? Simple. Abre Gemini y escribe:

“Gemini, para una persona que no entiende absolutamente nada de ( aquí colocas tu tema), ¿puedes indicarme cuáles son los puntos esenciales que debo tomar en cuenta para entenderlo de forma progresiva? Te pediré varias cosas: por favor, ordénamelo de menor a mayor importancia, que la información esté actualizada, que me proporciones links de referencia actualizados para leer más sobre cada punto, y que sepa explicárselo a un niño de 10 años de edad”.

¿Ves qué sencillo fue darle instrucciones precisas a una IA gratuita y sin límite de uso? Seas madre, padre, tía, profesor o un técnico que debe visitar a un cliente, este prompt te solucionará la mitad de la vida, y puedes usarlo en cualquier modelo, aunque habrá algunos que requieran que lo hagas en inglés, e inclusive, hay veces que el resultado en inglés es mejor que si lo redactas en español. Para eso tienes Google Translate. Si antes en Google escribías el título del tema y dedicabas varios minutos a encontrar información actualizada y congruente, ahora puedes hacerlo por medio de un prompt ahorrándote tiempo, y aún así leerlo con sabiduría: ahora más que nunca el discernimiento es un superpoder, porque la capacidad de saber y entender qué es real y qué es falso te ahorra la vergüenza de pedir disculpas luego.

Actualizarse es un tema de todos los días porque, como especialista en Data & AI, ahora dedico mi vida a temas que muchas veces sobrepasan mi entendimiento, sea por sesgos, prejuicios a raíz de los sesgos, entre otras cosas. Lo cierto es que esta es la nueva forma de buscar. Crecí en la época en la que debía ir a una biblioteca pública a investigar y analizar. También crecí en un hogar donde mis padres, aunque tenían casi todas las respuestas, me decía que investigara por mi cuenta, y así creé un hábito de leer por mi mismo todo lo que quería saber (no todo lo que me pedía la escuela), y esa práctica de leer y entender me obligaba a retener información. Si algo siempre disfruté muchísimo fue el tacto y el olor de los libros, porque además de aprender, la información está mezclada con la sensación táctil y olfativa. Este disfrute es un derecho evolutivo.

Hay un argumento que me encanta que yo mismo solía decir en algún momento: “es que los niños de ahora tienen todo a la mano y no retienen información, ¿Qué harían sin el internet?” Lo mismo que nuestros antepasados en la Biblioteca de Alejandría: memorizar dónde encontrar la información, pero esta vez con una simple diferencia: por lo que te describí en el párrafo anterior, el proceso de investigación era (y sigue siendo, si te lo permites) una experiencia sensorial que te ayudaba a comprender y analizar las respuestas que debías dar al profesor que te puso la tarea, o el asunto que debía resolver en la oficina, y esta experiencia sensorial no lo tiene la mayoría de la nueva generación. Aunque parezca irrelevante, esta interacción con el papel es uno de los factores que estimula la memoria, la creatividad y la investigación.

De modo que este hábito no necesariamente debe quedarse atrás: si bien personas como yo que nos dedicamos a leer todas las actualizaciones por internet; también disfrutamos de la lectura de libros que muchos podrían pensar que no tendría nada que ver con lo que trabajo, pero sin duda conserva el hábito de la buena lectura, porque por más tecnológico que seamos, la verdad es que conservamos muchísimo de nuestros ancestros. Esto lo llevamos en el ADN y el aprecio a esto es reconocer que aún somos especie en adaptación constante. La semana que viene se pone interesante.

Prof. Jesús Mateus, Data & AI en “Consein”.

@jesusmateuslopez

@conseinlatam