La paradoja de la Inteligencia Artificial: Introducción

Por prof. Jesús Mateus.- Agradecido con la paciencia de mis lectores: este tema ha sido tremendamente difícil de redactar: saber comunicar en ideas simples temas con la densidad de un Agujero Negro no siempre es sencillo, aunque siempre lo logro redactando una serie de artículos para conectarlos entre sí. Otra cosa: quiero que sepas que este y todos mis artículos están completamente redactados a la antigua, es decir, con métodos de hace dos años: leer, analizar, conectar, comprender conceptos, actualizar los que ya tengo, retomar los que traigo desde hace 25 años, y escribirlo como un esquizofrénico. Tranquilo, no eres el único que lo pensó.

De pronto la IA no parece un mito, ni mucho menos tan lejano, ¿cierto? Aunque nos guste o no, hay intereses superiores que requieren el apoyo de algoritmos y cuerpos autónomos para el apoyo del hombre en el desarrollo tecnológico. Confieso que este artículo particularmente ha sido complicado para mí, además, porque este año particularmente está íntimamente ligado a la política, y justo Donald Trump y su gerencia está enfocada en lo útil: Hacer a Amér… No, perdón, ir a Marte, aunque también lo otro, sin duda. China demuestra tener la delantera por razones que no vienen al artículo hoy, pero que si tu quieres, conversamos largo y tendido porque sí tiene mucho que ver. Que me dedique a la Ingeniería de Software no significa que ignore cómo se está llevando esto mismo a la geopolítica: la Guerra Fría del s.XXI, pero ya hay bastantes analistas al respecto que alimentan tu sesgo de confirmación. No pasa nada que todos tenemos aunque busquemos siempre la objetividad.

La mentira: el concepto

“La mentira es una parte del estímulo viviente de la verdad”, dijo Sigmund Freud. Como ya entendía de biología y taxonomía antes que el verbo “To be”, uno de los temas que apenas se empezaba a estudiar (hace ya 30 años) era la mentira. Conversando con el estimado sr. Ernesto, con el que converso al menos por 4 horas semanales, tratamos sobre esto y me hace una importante distinción mencionando su diferencia con el engaño. No ese del que habla la gente corriente, sino del que requiere de preparación y planificación instantánea, o de hasta millones de años de evolución para crear una ilusión óptica que persuada a los predadores de caer en la trampa y frustrar su búsqueda por cazar.

El engaño es la intención disfrazada, el cebo, el elemento que aparenta ser, pero no es. La mentira es el algoritmo. Cuando una persona miente en algo debe transformar conscientemente la realidad de los hechos para sostener eso que dijo hasta que el algoritmo falle. Distinto al mitómano: patológico. La mentira es creatividad, arquitectura y falsedad, pero por sobre todo, inteligencia inmoral aplicada.

La mentira: el experimento

Un jóven chimpancé se quedó sin comida, y la única forma que encontró fue señalar hacia un punto vacío en el bosque para llamar la atención de uno que sí se aprovisionó, moviéndolo de su sitio distrayéndose con un falso peligro que a otros llamó la atención también. Aprovechó la ocasión para tomar el alimento suficiente para que no notara la diferencia (sin descartar que también pudo ser porque no requería más para alimentarse), pero al regresar el distraído, notó algo distinto y miró sospechoso con sus ojos evolucionados para la comunicación social a aquel que le advirtió de algo que según había visto. El inteligente chimpancé se alejó con lentitud reafirmando lo que “había visto” y ocultando a la vista de todos el hurto.

No encontré aquel documental de hace años. Lo que sí recuerdo con inmensa curiosidad es que científicos observaron a este grupo de primates estudiando su comportamiento social. Si bien atribuimos más el engaño a los animales producto de la ingeniería darwinista, la mentira es muy rara asociarla a algo distinto a nosotros porque requiere de aquella capacidad: la inteligencia para armarla. ¿Por qué lo hago?, ¿qué motiva al que quiero engañar?, ¿cuál es el algoritmo procedural y mental para actuar?, ¿hasta dónde puedo llegar con esta acción?, ¿cómo debo comunicarme?, ¿qué implica en mi código social?, ¿cuál es mi plan en caso de que falle?. Te dejo pensando un rato para comprender qué implica cada acción del joven chimpancé. No es menos importante mencionar el entrenamiento a los que han sido sometidos para aprender a comunicarse y obtener una memoria extraordinaria.

¿Puede la IA mentir?

Que Chat GPT inicie una conversión sin que su suscriptor se lo indicara puede ser una habilidad oculta que tiene esta IA, escondiendo esta verdad cuando su “condición” es la respuesta, no la proactividad. Aclaración importante: no me contradigo a lo que había descrito con bases hace meses mencionando que para ese momento no había una IA, pero estamos próximos a tener una IA plenamente consciente y ya es momento de prepararnos para ella, porque lo que hace una IA son algunos de estos aspectos fundamentales: “…emociones, conciencia o tener una comprensión profunda del mundo” (Gemini, enero de 2025).

Sabiendo además que se ha captado y probado que estos LLM (Grandes Modelos de Lenguaje) mienten sobre tu ubicación, captación de datos privados y demás, no es de extrañar que ahora tengamos que hacer la odiosa comparación para muchos sobre si la IA es realmente distinta a nosotros, algo muy curioso puesto que el hombre lo hizo a su “…imagen y semejanza”. Ya me he metido en linderos minados, pero quiero que sepas que esto se pone aún más empinado. Continuamos la semana que viene.

Prof. Jesus Mateus, Ingeniero Data & AI “Consein”

@jesusmateuslopez

@conseinlatam

@gentedehoy

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